ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA CAMPAÑA 2019

Es un aceite excepcional, de color dorado intenso con trazas de color verde y  aroma a frutas maduras entre las que destacan manzana y plátano. En esta campaña 2019 hemos conseguido un sabor Premium, con carácter, propio del aceite virgen extra de principio de campaña, pero con el justo picor, de forma que se nos presenta al paladar como un verdadero placer difícil de olvidar que recomendamos  tomar crudo y en ensaladas para percibir directamente  todo su sabor, y como parte de guisos y platos cocinados para potenciar los sabores de nuestra deliciosa cocina mediterránea.

El aceite de oliva Urquijo, es un aceite de oliva Virgen Extra elaborado en Sevilla con una selección de aceitunas recogidas a mano al inicio de  campaña, de las variedades Manzanilla(90%), Hojiblanca (5%) y Picual (5%). Se extrae mediante molturación en frío y prensado natural sin centrifugar en la almazara en menos de 24 horas desde que se ha producido la recolección, lo que permite obtener un aceite de oliva Virgen Extra de máxima calidad de color, olor, y sabor Premium.

El aceite de oliva virgen extra AOVE es, dentro de los aceites de oliva vírgenes, la categoría de aceite de oliva de mayor calidad.

El aceite de oliva es un compuesto orgánico que se acumula en los tejidos de las frutas llamadas olivas o aceitunas que producen los olivos o aceituneros, árboles de hoja perenne de la familia Oleaceae, y que se extrae de ellas mediante presión. Se viene utilizando de manera milenaria por parte del ser humano tanto para usos culinarios, como para usos diversos.

Cuando nos referimos a usos gastronómicos, la conocida mejora de los platos al utilizar el AOVE, resulta evidente para cualquier paladar, acompaña prácticamente cualquier plato, dulce o salado, frío o caliente, de ahí su rotundo éxito.

Para que un aceite de oliva virgen se considere extra debe cumplir dos condiciones: Una de carácter químico, resumido en el porcentaje de acidez, que debe ser inferior a 0,8º y otro de carácter organoléptico, es decir, de sabor y aroma que se comprueba mediante cata oficial,  ya que no existe aún instrumental de laboratorio que mejore la nariz y el paladar de los catadores profesionales.

Los requisitos para ser clasificado como virgen extra son:

– La acidez debe ser menor o igual que 0,8º.

– En un panel de cata, la mediana del defecto debe ser cero, y la mediana del atributo afrutado debe ser mayor que cero.

Un panel de cata formado por entre siete y doce catadores normalmente. Con ello se consigue aumentar la objetividad y la validez del resultado obtenido.

Por sus beneficios para la salud, y por sus características nutricionales y organolépticas, El AOVE se incluye dentro del grupo de los superalimentos. Entre las propiedades del aceite de oliva están que nos ayuda a regular nuestra presión arterial y a equilibrar el pH del cuerpo. Además reduce el colesterol, es antioxidante y regulador de la glucosa.

Además de lo anterior, al AOVE se le atribuyen otras propiedades como hidratar la piel, favorecer el tracto digestivo, ayuda a evitar problemas gástricos, y combate el cáncer de mama.

Todos estos beneficios se deben en gran medida a su gran aporte nutricional en forma de grasas a nuestro cuerpo en forma saturada (las menos),  y como monosaturadas, y poliinsaturadas.

Las propiedades del aceite de oliva en lo referente a la gastronomía y dietética se han conocido desde siempre, pero últimamente este súperalimento se postula como uno de los remedios más utilizados en el siempre buscado objetivo de adelgazar y perder peso.

De este modo, muchos expertos recomiendan ingerir una cucharada en crudo de aceite de oliva virgen extra cada mañana al levantarnos en ayunas, y retrasar la hora del desayuno al menos media hora desde la ingesta del aceite para que su efecto sea completo.

Su capacidad para saciar, su carácter desintoxicante y su gran ayuda al aparato digestivo aportándole fluidez y favoreciendo un tránsito correcto, completan las capacidades del aceite de oliva virgen extra contra esos kilos de más.

Existe una normativa muy clara al respecto con objetos de facilitar al consumidor una información clara y veraz sobre el producto que desea adquirir.

La información que el envasador debe mostrar en la etiqueta de aceite de oliva virgen extra se puede agrupar en tres grupos. Por un lado la información obligatoria por normativa, por otro lado la información facultativa regulada por normativa, es decir si un aceite cumple determinados requisitos adicionales, el envasador puede incluirlos, y por último información adicional no regulada propia de cada envasador.

 Información obligatoria:

Categoría y definición. La categoría sería “Aceite de oliva virgen extra” y la definición “Aceite de oliva de categoría superior obtenido directamente de aceitunas y solo mediante procedimientos mecánicos”.

Consumo preferente. El aceite no tiene fecha de caducidad y por tanto se indica un consumo preferente a criterio del envasador. Se suele indicar entre un año y medio y dos años desde la fecha de envasado. Esto es importante, pues el consumidor puede creer que la fecha de consumo preferente se calcula desde la cosecha de la aceituna.

Procedencia del aceite. Se debe indicar el país de origen de la cosecha de aceituna de la que procede el aceite.

Nombre y registro sanitario del envasador.

Contenido neto y lote.

 Información facultativa:

“Primera presión en frío”. El envasador puede etiquetar su aceite virgen con esta información si el aceite ha sido obtenido a menos de 27 ºC mediante un primer prensado mecánico de la pasta de aceituna, gracias a un sistema de extracción de tipo tradicional con prensas hidráulicas.

“Extracción en frío”. Al igual que el anterior, si ha sido obtenido a menos de 27 ºC mediante filtración o centrifugación de la pasta de aceitunas.

La indicación de acidez o de la acidez máxima. Ésta podrá figurar si se acompaña de los parámetros del índice de peróxidos, del contenido de ceras y de la absorbancia en el ultravioleta (K270, K232 y ΔK).

Indicaciones organolépticas. Sólo podrán figurar si se basan en resultados de algunos de los métodos de análisis del Reglamento (CEE) 2568/91, es decir, como resultado de la cata realizada por un panel de cata oficial.

Información adicional no regulada:

El envasador puede incluir aquella información cierta que considere relevante. En el caso deUrquijo hemos considerado interesante incluir:

Cosecha. Indicamos el año de la campaña de recogida de aceitunas. Como la recolección se inicia en octubre y puede terminar en enero o febrero, se indican los dos años. Entendemos que esto es importante porque el aceite pierde propiedades nutricionales conforme pasa el tiempo.

Variedad. O coupage de variedades. En Urquijo solo elaboramos  aceites virgen extra, pero dependiendo de las características de la cosecha del año, nuestros expertos catadores buscando obtener el mejor aceite posible, y todos los años no son iguales, elaboran el mejor aceite posible que puede ser bien 100% monovarietal, o bien un coupage de variedades.

Evidentemente otros productores y envasadores usarán características que consideren relevantes de sus aceites, tales como aceite de sierra o de campiña, aceites procedentes de olivos centenarios, de secano, sin filtrar, o advertir de la posible existencia de posos, etc.

La historia del aceite de oliva forma parte de la historia de la cultura mediterránea y de los pueblos y civilizaciones que han existido alrededor del Mare Nostrum, y forma junto al vino y al pan la base de la conocida como dieta mediterránea, aunque también se ha utilizado a lo largo de los siglos como  combustible,  lubricante, cosmético, jabón,  e incluso perfume. Sobre sus cualidades has escrito desde Maimónides a Averroes, el romano Apicius, y Plinio el viejo, y lo encontramos en libros de cocina medievales como el Viandier, y el ménagier de París.

Existen restos arqueológicos en Egipto y Grecia que revelan la existencia de molinos de aceite alrededor del año 4.000 AC. En la mitología griega se asegura que la diosa Palas Atenea fue la inventora del árbol del olivo y del aceite de oliva, mientras que los romanos lo atribuyen a la diosa Minerva, y los egipcios aseguran que fue la diosa Isis quien enseñó al pueblo como cultivar el olivo y extraer su aceite. El aceite de oliva fue, y todavía sigue siéndolo en algunos casos en la actualidad, gran protagonista de rituales y fiestas religiosas.

Se estima que el origen de su cultivo se inició en torno al año 4.000 a.C. en la zona oriental del Mediterráneo, y hoy en día esta sigue siendo la zona principal de producción y consumo aunque existen otras zonas de importancia como el sur de Estados unidos y algunos países de Sudamérica. Tanto su cultivo, como especialmente su consumo, se encuentran en expansión, una vez que van siendo conocidas en todo el mundo las fantásticas cualidades del aceite de oliva.

El abuelo de los olivos actuales es el olivo silvestre o acebuche, y a partir de él, mediante hibridación natural, o forzada por el hombre, según distintos estudiosos, surgió el olea europea que es el olivo actual, si bien existen más de 260 variedades del mismo (aunque solo 25 son consideradas como variedades principales).

Diversas culturas, como los fenicios, que fueron unos de los primeros en cultivar y comercial con aceite de oliva, la civilización Minoica que cultivaba olivos en Creta, o bien Peloponesos, Egipcios, Cartagineses, Otomanos,  Etruscos, Romanos, Griegos, Tartesos y Turdetanos, padres de muchas de las culturas actuales  de la cuenca mediterránea no hubieran evolucionado ni prosperado de la misma manera sin el aceite de oliva. Como anécdota, cabe citar que una de los alimentos más populares  de los romanos era el “ientaculum” romano, una especie de tostadas regadas con aceite de oliva, vino, y ajo.

En España, son los fenicios los que trajeron los olivos modernos sobre el año 1.100 a. C., y tras ellos, los romanos potenciaron en gran medida la producción de aceite de oliva en la Bética por sus buenas cosechas y cualidades y expandieron su consumo por el resto de Europa. Tras la caída del imperio romano el consumo del aceite de oliva cayó con  él, pero poco a poco son las órdenes  religiosas de la Europa medieval las que toman las riendas de la producción en Europa reservada para los monasterios y la clase alta, hasta épocas más modernas donde las nuevas técnicas de cultivo del olivo y de extracción del aceite, han llevado a este producto a unos niveles de calidad que lo hacen imprescindible en una dieta saludable.